Un planteo formal fue elevado recientemente a la Cámara de Senadores con una propuesta singular: conmemorar el centenario del Palacio Legislativo de Uruguay con un espectáculo de ópera en la cantera de Nueva Carrara.
La iniciativa, que fue recibida con interés por parte de legisladores, busca vincular el presente con las raíces materiales del emblemático edificio, inaugurado el 25 de agosto de 1925. El mármol utilizado en la construcción de sus pasillos, escaleras y salones fue extraído precisamente de las canteras de Nueva Carrara, ubicadas a unos 13 kilómetros al oeste de Pan de Azúcar, en el departamento de Maldonado.
Un escenario natural con historia
El entorno serrano y los lagos artificiales de Nueva Carrara ofrecen un marco escénico único para la realización de un espectáculo cultural de alto nivel. La propuesta contempla la presentación de una ópera al aire libre, aprovechando la acústica natural y el valor patrimonial del lugar.
La conexión entre el Palacio Legislativo y las canteras no es meramente simbólica. En 1908, la Compañía de Materiales de Construcción ganó la licitación para suministrar el mármol que daría forma al edificio de las leyes. Durante los años de mayor actividad, más de mil trabajadores participaron en la extracción y procesamiento del material, dando vida a una comunidad que aún conserva el nombre de Nueva Carrara.
Patrimonio, cultura y descentralización
La propuesta no solo busca homenajear el centenario del Palacio Legislativo, sino también poner en valor el patrimonio natural e industrial de Maldonado, descentralizando las celebraciones y acercando la cultura a nuevos territorios. La elección de una ópera como formato artístico apunta a jerarquizar el evento, convocando tanto a autoridades como al público general.
Actualmente se aguarda una respuesta oficial por parte del Senado. No obstante, según información proporcionada por la Intendencia de Maldonado, el planteo fue recibido con entusiasmo.
Una oportunidad para resignificar el pasado
La cantera de Nueva Carrara representa un capítulo fundamental en la historia de la arquitectura nacional. Celebrar allí el centenario del Palacio Legislativo sería, además de un gesto simbólico, una oportunidad para resignificar el vínculo entre territorio, trabajo y democracia.











