Una familia sufrió un percance sin consecuencias esta tarde en Piriápolis cuando el automóvil en el que se desplazaban se enterró en una banquina. El hecho ocurrió sobre las 15:30 en el Pasaje superior de Av. Piria casi Almirante Brown, zona portuaria. Dos mayores y tres menores ocupaban el vehículo no sufriendo ningún tipo de lesiones.
Según relató el conductor a semanario La Prensa, circulaba de sur a norte por el Pasaje superior Av. Piria cuando por el espejo retrovisor observa que otro vehículo se desplazaba en el mismo sentido a alta velocidad: «Me abrí hacia la derecha y paré, pasó el vehículo y en ese momento mi auto comienza a inclinarse y a hundirse. No entendía nada. Cuando apoyó, le dije a mi esposa y los niños que bajaran» relató Arbelo.
«Llamamos al servicio de emergencia 911 y a los 5 minutos teníamos a los bomberos y a la policía con nosotros. Impresionante la rapidez de la respuesta, sostuvo Arbelo.
Falsa alarma
Se puede decir que se trató de una falsa alarma, ya que los bomberos entendieron que se trataba de un accidente de tránsito con una persona atrapada. Felizmente no era mas un simple percance automovilístico solucionado a la postre por una camioneta particular que voluntariamente se ofreció a sacar el vehículo de la tierra.
Señalización

Amérita esta nota el riesgo que representa ese lugar, con una banquina tramposa, que parece firme, pero en realidad es tierra totalmente movediza donde hasta un simple peatón, como le pasó a personal de bomberos y a nosotros mismos, se hunde si pisa al costado de la ruta. Cuanto mas un vehículo, sea moto, auto o camioneta y peor aún si está en marcha.
A unos cuantos metros hay una baliza indicando la existencia de un montículo de tierra, pero esta parte no tiene ningún tipo de señalización por lo tanto es necesario que se coloquen indicadores hasta que no se de solución definitiva al problema. Incluso no estaría demás colocar lomos de burro ya que hemos escuchado reclamos por la alta velocidad con que se desplazan algunos vehículos en esa zona.
No pasó nada esta vez, felizmente fue solo un percance y quedará como una anécdota para contar. La familia llegó a Piriápolis desde Solymar para visitar un pariente y en la tarde, aprovechando el clima sumamente agradable, paseaba por el balneario disfrutando de sus excelentes paisajes. «Piriápolis es un lugar único, tienen que cuidarlo» sentenció Favio Arbelo, conductor del vehículo.
Tomaron participación personal de Seccional 11ª y Bomberos de Piriápolis.
Gerardo Debali – Semanario La Prensa
Publicado domingo 9 de agosto de 2015 hora 17:42
Fotos semanario La Prensa












