En una jornada marcada por la emoción y el compromiso, la Dirección Nacional de Desarrollo Social entregó estatutos a tres nuevas cooperativas, consolidando un proceso de recuperación y fortalecimiento de la economía social.
Ayer se realizó la bienvenida oficial al cooperativismo social de grupos que han culminado su proceso de formalización y capacitación. Durante la actividad, organizada por la División de Cooperativas Sociales y Procesos Asociativos del Área de Promoción Sociolaboral, recibieron sus estatutos las cooperativas El Reto, Conciencia y Compromiso y Con Razón y Corazón. También se destacó la presencia del grupo pre-cooperativo Meraki, de Fray Bentos, que viajó especialmente para la ocasión tras finalizar su etapa formativa.
La apertura estuvo a cargo de las autoridades, quienes coincidieron en que este evento marca un cambio de tendencia en el sector. Nicolás Lasa, director Nacional de Desarrollo Social, subrayó la importancia del momento: «Estamos cerrando un año con una apertura de procesos y de oportunidades», señaló.
Lasa destacó que la gestión actual ha logrado revertir una tendencia negativa del período anterior, donde se había perdido el 50% de las cooperativas sociales existentes. «Estamos terminando este año con un saldo positivo, creando nuevas cooperativas en pocos meses. Esto es esa inflexión que nosotros necesitábamos», afirmó el director. Asimismo, reafirmó el compromiso de acompañar estos procesos y reorientar las compras públicas para generar «más puestos de trabajo de calidad», entendiendo al cooperativismo como «otra forma de vivir en la sociedad».
Una política social fuerte
Por su parte, Camilo Álvarez, gerente del Área de Promoción Sociolaboral, definió a las cooperativas sociales como «una política social fuerte» y un «eje estructurante» de la gestión. Álvarez valoró la capacidad de estos grupos para «inventarse el trabajo» en espacios donde el mercado no ofrece respuestas, especialmente para sectores que enfrentan mayores barreras de acceso al empleo.
«Hay un componente fuerte de mujeres, una cantidad no menor de jóvenes y un componente fuerte de personas mayores de 45 o 50 años que tienen la posibilidad de laburar a partir de esto», detalló Álvarez, destacando cómo esta herramienta brinda respuesta a los «sectores postergados».
Autonomía y construcción conjunta
El evento contó con la participación de Marisol Fuentes, directora de INACOOP, quien dio la bienvenida a los nuevos colectivos al «mundo del trabajo y del cooperativismo», recordando que ser cooperativista «es una opción, no una obligación».
Fuentes destacó el rol del Instituto para proporcionar herramientas, capacitación y financiamiento, pero hizo énfasis en la importancia del empoderamiento de los trabajadores: «Queremos que se fortalezcan en empoderamiento y autonomía. Son empresas de ustedes, que las van a construir y sostener ustedes», aseguró.
La voz de los protagonistas
Uno de los momentos más emotivos fue el intercambio entre cooperativas históricas y los nuevos grupos. Representantes de la cooperativa Norte Verde, con 19 años de trayectoria, alentaron a los presentes: «Esa utopía que nació en 2006, nosotros somos el reflejo de que se puede. Podemos unirnos como trabajadores independientes para gestionar nuestras propias empresas sin tener un patrón encima».
La emoción fue compartida por los integrantes de las nuevas cooperativas. Un integrante de uno de los grupos formalizados expresó lo que significa esta oportunidad: «Tengo 60 años y no consigo laburo. Como compañeros somos como hermanos (…) Es excelente el programa de la cooperativa social».
El cierre de la actividad reafirmó el compromiso de los equipos técnicos del MIDES e INACOOP de seguir trabajando en conjunto para que esta «llamita encendida» del trabajo autogestionado siga creciendo y llegando a más uruguayos y uruguayas.











