FAO, UNICEF, PMA y la OMS señalan que el hambre, la desnutrición, las enfermedades y la escala de la destrucción agrícola siguen siendo alarmantemente altas.
El último análisis de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) para Gaza confirma que actualmente ninguna zona de la Franja está clasificada en situación de hambruna, tras el alto el fuego de octubre y la mejora del acceso humanitario y comercial. Este avance positivo sigue siendo extremadamente frágil, mientras la población continúa luchando contra la destrucción masiva de infraestructuras y el colapso de los medios de subsistencia y la producción local de alimentos, dadas las restricciones a las operaciones humanitarias.
Sin una expansión sostenida y a gran escala de la asistencia alimentaria, sanitaria, agrícola y de medios de vida, junto con un aumento de los flujos comerciales, cientos de miles de personas podrían recaer rápidamente en la hambruna, advirtieron hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según el nuevo informe del IPC, al menos 1,6 millones de personas —el 77 por ciento de la población— siguen enfrentando niveles altos de inseguridad alimentaria aguda en la Franja de Gaza, incluyendo a más de 100,000 niños y 37,000 mujeres embarazadas y lactantes que se proyecta sufrirán desnutrición aguda hasta abril del próximo año. Cuatro gobernaciones (Gaza del Norte, Gobernación de Gaza, Deir al-Balah y Khan Younis) están clasificadas actualmente en Emergencia (Fase 4 del IPC) hasta abril de 2026, habiendo descendido la Gobernación de Gaza de su anterior clasificación de Hambruna. Esta fase sigue indicando una inseguridad alimentaria grave marcada por grandes brechas en el consumo de alimentos, altos niveles de desnutrición aguda y un elevado riesgo de mortalidad.
Aunque el alto el fuego ha mejorado algunas entregas de alimentos, piensos, suministros básicos e importaciones comerciales esenciales, lo que ha permitido mejorar el acceso a los alimentos para algunos hogares, la mayoría de las familias siguen lidiando con una escasez severa. Desde el alto el fuego, más de 730,000 personas han sido desplazadas, muchas viven en refugios improvisados y dependen en gran medida de la asistencia humanitaria. Además, el acceso limitado a servicios básicos de agua, saneamiento e higiene (WASH), atención médica y la destrucción generalizada de tierras de cultivo, ganado, actividades pesqueras, carreteras y otras infraestructuras críticas plantean enormes desafíos para la población y para los esfuerzos de socorro en curso.
Las necesidades humanitarias siguen siendo asombrosas, y la asistencia actual aborda solo los requisitos básicos de supervivencia. Los niños menores de cinco años, junto con las mujeres embarazadas y lactantes, siguen estando entre los más vulnerables, enfrentando niveles preocupantemente altos de desnutrición a pesar de las mejoras recientes.
Aunque los mercados están ahora mejor abastecidos con alimentos nutritivos tras la mejora del flujo de entregas humanitarias y comerciales, las familias vulnerables, especialmente aquellas con niños, no pueden permitirse comprarlos. Los alimentos ricos en nutrientes, particularmente las proteínas, siguen siendo escasos y prohibitivamente caros, dejando al 79 por ciento de los hogares sin poder comprar alimentos o tener acceso a agua limpia. Ningún niño está alcanzando la diversidad dietética mínima, y dos tercios experimentan una pobreza alimentaria severa, consumiendo solo uno o dos grupos de alimentos.
La situación se agrava por el hacinamiento en los refugios improvisados, los sistemas de alcantarillado dañados, los suministros de agua poco fiables y las familias que queman madera o basura para mantenerse calientes. Juntas, estas condiciones están impulsando brotes de enfermedades y acelerando la propagación de infecciones respiratorias, diarrea y enfermedades de la piel, especialmente entre los niños.
FAO, UNICEF, PMA y la OMS están listos para ampliar aún más sus respuestas. Sin embargo, la presión causada por las restricciones a la importación, las limitaciones de acceso y las importantes brechas de financiación están obstaculizando gravemente su capacidad para operar a la escala necesaria, particularmente para intervenciones que apoyan la seguridad alimentaria, la nutrición, la salud, el agua, el saneamiento e higiene, la agricultura y la recuperación de los medios de vida.
«Los agricultores, pastores y pescadores de Gaza están listos para reiniciar la producción de alimentos, pero no pueden hacerlo sin acceso inmediato a suministros básicos y financiación», dijo Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO. «El alto el fuego ha abierto una estrecha ventana para permitir que los suministros agrícolas vitales lleguen a manos de los agricultores vulnerables. Solo la financiación y un acceso ampliado y sostenido permitirán que se reanude la producción local de alimentos y se reduzca la dependencia de la ayuda externa».
«Los niños de Gaza ya no se enfrentan a una hambruna mortal, pero siguen corriendo un grave peligro. Después de más de dos años de conflicto implacable, los cuerpos y los cerebros en desarrollo de los niños llevan cicatrices profundas y duraderas», dijo Lucia Elmi, Directora de Operaciones de Emergencia de UNICEF. «Ahora hay comida en los mercados, pero muchas familias simplemente no pueden permitirse comprarla. Las instalaciones de salud apenas funcionan, el agua limpia y los servicios de saneamiento son escasos, y el invierno está trayendo un aumento del sufrimiento a los desplazados que se amontonan en refugios improvisados. Estos frágiles avances podrían desaparecer de la noche a la mañana si se reanudan los combates. Necesitamos un acceso humanitario sostenido, la restauración de los servicios básicos y, sobre todo, una paz duradera. Los niños de Gaza han sufrido suficiente. El mundo no puede mirar hacia otro lado ahora».
«Una vez más, hemos demostrado que podemos hacer retroceder la hambruna cuando tenemos el acceso, la seguridad y la financiación para entregar alimentos y apoyo vital», dijo Ross Smith, Director de Preparación y Respuesta ante Emergencias del PMA. «Ahora es el momento de redoblar estos avances y garantizar que las personas puedan acceder de manera fiable a los servicios esenciales. El PMA mantiene su compromiso de apoyar a las familias en Gaza para que pasen de la dependencia de la ayuda a la autosuficiencia y a un futuro libre de hambre y basado en la esperanza, la estabilidad y la prosperidad».
«El alto el fuego ha creado un espacio para la recuperación, pero no ha borrado el daño de dos años de conflicto. Solo el cincuenta por ciento de las instalaciones de salud de Gaza funcionan parcialmente y muchas han sido dañadas durante el conflicto», dijo Altaf Musani, Director de Gestión de Desastres y Ayuda Humanitaria de la OMS. «Incluso las instalaciones de salud que funcionan enfrentan escasez de suministros y equipos esenciales que están sujetos a procedimientos y restricciones de entrada complejos, muchos clasificados como potencialmente de doble uso. La desnutrición sigue siendo alta, especialmente entre niños y mujeres. La OMS está apoyando siete centros de estabilización de desnutrición aguda severa en toda la Franja de Gaza. Se necesita mucho más para abordar las vastas necesidades de salud. Para ampliar los servicios que salvan vidas y expandir el acceso a la atención, la OMS hace un llamado urgente para la aprobación y entrada expedita de suministros médicos esenciales, equipos y estructuras hospitalarias prefabricadas».
Llamado a la acción
La FAO, UNICEF, el PMA y la OMS instan a todas las partes a:
- Garantizar un acceso humanitario y comercial sostenido, seguro, sin trabas y oportuno en toda Gaza.
- Levantar las restricciones a las importaciones esenciales, incluidos los insumos agrícolas, los productos alimenticios, los suministros de nutrición y de atención médica.
- Aumentar rápidamente la financiación para los servicios esenciales, incluidos alimentos, nutrición, salud, agua y saneamiento, apoyo agrícola y de medios de subsistencia para evitar un mayor deterioro y permitir la rehabilitación y la recuperación.
- Reactivar la producción local de alimentos y las cadenas de valor.
Las agencias advierten que, sin una acción decisiva ahora, los avances logrados desde el alto el fuego podrían desmoronarse rápidamente. Solo el acceso, los suministros y la financiación a escala pueden evitar que la hambruna regrese y ayudar a Gaza a pasar de la supervivencia a la recuperación.
Fuente ONU









