El periodista y escritor Fidias Plá Muró falleció el martes 19 de agosto a los 97 años de edad. Días atrás había sufrido un quebranto de salud que motivó su internación en el hospital de San Carlos, donde de a poco se fue apagando la luz y con ella casi un siglo de vida, de historias, de vivencias, de anécdotas, de incansable lucha por la comunidad y por la justicia social. Tiempo atrás tuvimos la dicha de tener un mano a mano con el periodista, entrevista inédita realizada por quien suscribe, Gerardo Debali, que publicamos a continuación.
Fidias Plá, siempre será gratamente recordado por este periodista por ser un destacado asesor y colaborador del Semanario Piriápolis, periódico fundado por mi padre, José Pedro Debali Vigil en el año 1980.
Plá quedará inmortalizado en un libro
Don Plá nació en Montevideo el 28 de marzo de 1917. Vivió casi un siglo… en sus 97 años recorridos, Don Fidias, se convirtió en un libro abierto, fundamentalmente de la historia de Piriápolis desde 1950 en adelante. Felizmente, a pesar de su partida, el libro no se cerró… el periodista quedará inmortalizado en el libro «Memorias de Plá» producido en conjunto con el profesor Gastón Goicoechea.
Desde hace un año, Goicoechea y Plá, comenzaron a trabajar el libro. “Memorias de Plá» – Historias del Piriápolis social y turístico 1950-2000 – es el título del libro que, financiado por el municipio de Piriápolis, se editará próximamente y se prevé su presentación el 28 de marzo del año próximo, fecha del natalicio del periodista.
El libro consta de 25 capítulos y unas 300 páginas que narran las historias, vivencias y anécdotas del periodista que llegó por primera vez al balneario en octubre de 1950. Después de vivir unos años en Durazno, volvió al balneario en 1960 donde se radicó en forma permanente. El libro incluirá además una investigación y biografías de los temas, personas y personajes que menciona Plá en su relato, trabajo a cargo del profesor Goicoechea.
Tiempo atrás, han pasado ya unos tres años, visitamos al periodista en su domicilio, oportunidad en la que mantuvimos, whisky de por medio, una extensa y amena charla que hoy, a escasas horas de su partida, Semanario La Prensa comparte con los lectores. A continuación los detalles de esa jugosa conversación mano a mano con Fidias Plá.
Se define como un periodista agresivo, que no se calló nada y siempre estaba reclamando cosas para la zona. Declarado hincha de Nacional, fue Tabaré, en lo local, el club de sus amores.
Nos cuenta que tuvo 4 hijos, “dos son míos y dos de mi señora, pero son como mis hijas, igual que mis hijas, enfatizó Plá. Están de chicas con nosotros y para mi es como si fueran mías. Tal es así que, ahora se lo digo a usted, pero la gente, todo el mundo, cree que son hijas mías y es como si fueran nomás» subrayó.
Su llegada a Piriápolis
Llegué a Piriápolis en octubre del ’50, cuando salimos Campeones, enviado por la Cooperativa de Consumo del Transporte – CUTCSA, empresa donde yo trabajaba, para ser el intendente del “Hogar de Vacaciones”, que durante mucho tiempo habíamos luchado para tenerlo. Los obreros merecíamos tener un lugar de descanso y recreación, ya que en aquellos tiempos no había vacaciones, ni salario vacacional, señaló.
“Finalmente creamos el Hogar de Vacaciones de CUTCSA y a mi me empujaron para que viniera como intendente del hogar que funcionó en el hotel Selecciones, que ahora es el hotel Riviera.
Recuerdo que al hogar venían los patrones, empleados administrativos, guardas y choferes, todos con sus hijos y por eso le dábamos de comer a todos lo mismo, porque no queríamos crear diferencias. El día que había tallarines, todos comían tallarines. Al mediodía se tocaban las campanitas y todos a comer. Me acuerdo una vez que salí a hacer unos trámites y cuando volví estaban comiendo y había uno con una fuente de pescados chiquitos (miniaturas) y le dije “y esto?”, no, no, acá lo que come uno comen todos y le saqué la fuente, contó Plá.

Club de niños «El Chingolo»
La Cooperativa se caracterizaba por hacer muchas obras sociales y ahí fundé un Club de Niños, que el Dr. Barrios llamó “El Chingolo”. El club tenía unos 100 niños; ellos votaban sus autoridades, tenían juegos de todo tipo, volley, fútbol y un día por semana dábamos cine. Los llevábamos a pasear a los cerros y hacíamos viajes a Montevideo. La ONDA colaboraba mucho brindándonos el transporte. Para los niños era algo fantástico porque la mayoría no conocía Montevideo, no es como ahora que es todo mas fácil. Los llevamos al zoológico, al Palacio Legislativo, al Centro de Protección de Choferes, donde se les ofrecía un asado.
Muchos niños del club, que ahora me los cruzo, ya son abuelos. Papandoni, Pepe Arredondo, Cachito Fernández, Atilio Acosta, Pepito González Castelú, Slepovich, entre otros tantos. Recuerda que Papandoni hace unos años lo emocionó: “El estaba en la camioneta y le pregunté si me llevaba hasta el centro y me respondió: “Como no lo voy a llevar Plá, si usted de niño nos dio tantas satisfacciones”, son cosas que a uno le llegan reflexionó Fidias.
El club del niño duró hasta 1953, año que volví a Montevideo. Después viví en Durazno y en 1960 retorné a Piriápolis.
Sus inicios en el periodismo
Un día vinieron de La Mañana y El Diario, porque aquí no había representante, ni en Punta del Este, ni tampoco en Pan de Azúcar. Ya trabajaba para Radio Maldonado, en la que estuve 16 años cubriendo las noticias de Piriápolis y Pan de Azúcar.
Me hablaron para que fuera el corresponsal y lo tomé con mucho cariño porque era una vocación que tenía y que la tengo hasta hoy «pasa algo ahora y me da rabia no haberlo sabido yo antes» (risas pícaras).
Huelga de hambre en Piriápolis
Se lograron cosas buenas. Recuerdo que en la década del ‘60 los pensionistas a la vejez cobraban $ 15 por mes y hacía tres meses que no le pagaban. A raíz de esto, en el año 1968, sin ser jubilado, fundé la Asociación de Jubilados de Piriápolis.
Escribí un artículo para La Mañana y El Diario diciendo que iba a haber huelga de hambre en Piriápolis porque cobraban $ 15 y además no se los pagaban.
En esa época estaba el diario Hechos que lo dirigía Zelmar Michelini que se imprimía en la imprenta de La Mañana y El Diario – Sociedad Editora Uruguaya -. “Hechos” levantó la nota y tituló en la tapa a media página: “Huelga de hambre en Piriápolis”. Bueno, se armó un revuelo bárbaro, vino la policía a casa, a la Caja de Jubilaciones que funcionaba donde ahora está el Correo, hubo un gran despliegue.
Recuerdo que el presidente de los Jubilados era Carmelo Cabrera, buen vecino del balneario, muy allegado al club Piriápolis y me dijo “no se aflija Plá, yo le hablé a un viejito que vive por la Fuente Venus para que si le preguntan diga que está haciendo huelga de hambre… le dije “pero como no van a estar haciendo huelga de hambre viejo si le pagan 15 pesos”
Me citaron a la comisaría, pero la cuestión es que en menos de un mes cobraron los “viejos”.
Siempre me gustó esta actividad con la gente, como debe ser el periodismo, que tiene que estar con el pueblo. “La voz del pueblo es el periodismo y el periodista tiene que estar para ayudar a los mas humildes”.
El caso de Subsistencias
En aquella época había mucho problema con el abastecimiento de aceite, harina, azúcar, incluso a veces directamente no se encontraba nada. Por esos años funcionaba Subsistencias y mandaban a Piriápolis un camión una vez por semana. Pero que pasaba, te voy a decir hasta el nombre del hotel: El hotel Juvencia (hoy Bacarí) le compraba las bolsas de harina y azúcar enteras, al igual que el aceite. El camionero que venía se las vendía a ellos y después no alcanzaba para la gente.
Entonces Subsistencias llegó un día, yo sabiendo todos esos detalles, se instalaban como siempre en Av. Piria y Chacabuco. Vino un muchacho Selvo, que fue periodista también, y me dijo mirá Fidias que Subsistencias tiene un tanque lleno de aceite y no quiere vender. Entonces fui yo a comprar y me dice el hombre que “no hay aceite”. Como que no hay aceite y ¿eso que usted tiene ahí? No, eso está vacío. No, eso no está vacío, eso está lleno – le dije – y mandé llamar a la policía.
Vino el comisario, que en aquel entonces era un tal De León que le hacía la suplencia a Lazo, que creo estaba en Alemania haciendo un curso, acompañado de 4 o 5 “milicos” y le hicieron abrir el tanque y vender aceite.
Luchamos mucho para lograr beneficios para la comunidad y la gente nos respondía. Claro, tenía algunos inconvenientes porque cuando mi esposa salía a hacer algún mandado le decían “dígale a su esposo que hable en el diario que no hay aceite, que no hay esto, ni lo otro, porque en aquel entonces nadie regulaba los precios. “Creo que está siendo parecido ahora no, reflexionó Fidias, que nadie regulaba los precios.

Destacados espectáculos en Piriápolis
Fidias nos cuenta que participó mucho en la cuestión artística. En el año 51 ya era socio de Fomento y Turismo, ahora soy socio honorario, sostuvo.
Y en esos años se hicieron muchos acontecimientos importantes. Vinieron grandes artistas a Piriápolis, Goyeneche, Palito Ortega, Pedrito Rico, Piero Gamba vino dos o tres veces. Me acuerdo que una vez Gamba vino en ómnibus para actuar en el Argentino Hotel y cuando bajó del ómnibus le dije… Pierino… yo no soy Pierino, soy Piero, me dijo. «Yo pensé que se llamaba Pierino… risas, siempre recuerdo esa anécdota.
Después se hacía también, organizado por La Mañana y El Diario, Miss Piriápolis para Miss Juventud. Los corresponsales del diario en las distintas localidades eran los responsables de elegir la chica.
Plaza de los Poetas
También se hacía la Semana de los Poetas, acá estuvo Pablo Neruda. El propulsor de eso fue don Jorge Sacalidis, un hotelero (hotel Neo), que la gente se ha olvidado, porque hay que decirlo, Piriápolis es muy ingrata. Hay gente que hace mucho bien en Piriápolis y no se le reconoce. Los poetas venían toda una semana y el Centro de Hoteles los hospedaba. Hay una plaza acá que, nadie sabe, que es la plaza de los Poetas; es la que está en Misiones y Freire, que se conoce como la plaza del Ombú. Ahí hay una placa de Ortiz Saralegui, uno de los poetas que tuvimos acá.
Todos estos grandes espectáculos se hacían en su mayoría en el Pabellón de las Rosas.
No me quejo de Piriápolis, le digo una cosa, tengo un agradecimiento a Piriápolis que nunca lo podré pagar, nunca lo podré pagar, remarcó Plá.
Pero en un acto del 19 de abril de unos años atrás, desde la Intendencia de acá me pidieron si no podía hablar en la plaza. Les pregunté si tenía que referirme a algo en especial y me dijeron que no, que dijera lo que quisiera. Estaba De los Santos (el intendente) presente y en esa oportunidad dije que «Piriápolis ha sido ingrato con su gente».
En Pan de Azúcar las calles llevan los nombres de buenos vecinos, gente que uno ha conocido y que no hace mucho que murieron. En cambio en Piriápolis hay cinco nombres nada mas, pero que pasa con toda esa gente que trabajó y que hizo tanto por Piriápolis…
Mire, había un señor Fernández Chávez, padre de Julito un muchacho que trabajaba en el Casino, que ayudaba a los viejitos cada vez que había que hacer una solicitud para la caja u otros trámites, pero buenísimo el vecino, servicial, pero el hombre murió y todo el mundo se olvidó de el.
Yo le decía al intendente y al director de Turismo, Horacio Diaz, en ese acto, que Piriápolis tendría que tener en su nomenclator los nombres de los buenos vecinos. Díaz (Horacio) me proponía que sería bueno hacer un muro y ahí colocar chapitas recordando a los buenos vecinos. Eso está bien, no es mala idea, dijo Plá.
Ya le digo, Piriápolis lamentablemente no es agradecida a nuestra gente, a aquellos que han hecho cosas modestamente.
Por eso me gustaría que las calles o el muro con las chapitas recordando a los buenos vecinos algún día se cumpla.
¿A quien le daría una calle?
Zolezzi, que fue uno de los primeros comerciantes de Piriápolis y el Dr. Barrios ya la tienen. Hay que recordar la figura de Lorenzo Piria, hijo del fundador. Piriápolis tuvo dos épocas, la de Piria y después que murió tomó las riendas su hijo, Lorenzo. El fue quien le donó el predio al camping de AEBU, le donó la cancha al club Tabaré, ayudó a mucha gente, hizo una política distinta a la del padre, sostuvo Plá.
Méndez Requena, un segundo Piria
Méndez Requena, fue un segundo Piria, un hombre que colaboró con Piriápolis en todo; yo hice Relaciones Públicas en el Argentino Hotel y Don Carlos me decía “Toda esa persona que vea que sea útil para Piriápolis usted invítelo nomás…”
Méndez Requena merece una calle, Fernández Chávez también, Jorge Sacalides, Pregliasco, toda esa gente que pasó por Fomento y Turismo y que hizo mucho por Piriápolis.
Santos Negro
Hay una persona que es muy discutida, pero ha hecho mucho… pero mucho por Piriápolis, que estoy seguro que si el viviera Piriápolis no hubiera caído como cayó, que es Santos Negro.
Esa persona trabajó por Piriápolis, dio todo, hasta sus bienes dio por Piriápolis. Y siendo presidente de Fomento y Turismo hizo una gran obra.
Me acuerdo que la prensa a Piriápolis no venía para nada. El mejor periodista de aquel entonces era yo… porque era el único (risas).
Siendo secretario de Fomento y Turismo me contacté con todos los colegas, periodistas conocidos, y entonces les pasaba noticias. Hacía el informativo desde acá para radio Monte Carlo y Oriental y para radio Carve al mediodía. En esa época no había informativos como ahora, los hacía por teléfono que era a manijita, de pronto hablaba y hablaba y me cortaban la llamada.
Entonces llevé a Santos Negro a todos los medios de difusión y el les llevaba botellas de whisky, chocolates, y me decía “invitálos que vengan”. Empezamos a invitar a los periodistas, se quedaban en el Argentino Hotel y Santos les daba de comer en su restaurante de la galería. Gracias a Santos Negro la prensa empezó a venir a Piriápolis, afirma Plá.
¿Y a Fidias Plá Muró?
Cuando le preguntamos si le gustaría que una calle llevara su nombre, Fidias se mostró sorprendido por la pregunta, quedó serio y luego de unos segundos respondió… no me he puesto a pensar en eso…
La sensación que nos quedó por la expresión de su cara es que no le disgustaría para nada que en el algún momento se lo recuerde con el nombre de una calle. El periodista ha hecho méritos para ello.
Seguidamente le preguntamos por dos vecinos de Piriápolis…
¿Dr. José Luis Chifflet?
“Si apagás el grabador te cuento…dijo Fidias, y ahí nos contó un entredicho que había tenido con el Dr. Chifflet que tensaron las relaciones entre ambos. Sin embargo, reconocía a la vez que no fue nada importante, que nadie se enteró, y que mantiene buena relación con su esposa y familia.
¿Tola Invernizzi?
Era muy amigo del Tola, pero mas que nada de su esposa Milka. Los dos eran muy serviciales. “Tola” colaboraba con todo el mundo, era muy carismático, todos los saludaban, lo abrazaban, el les daba consejos. Plá nos cuenta que el “Tola” llegó a trabajar de actor en una película donde hacía de forzudo, levantando pesas.
Cuando se arregló con Milka, hacía algo que era para la risa… la “agarraba” y la ponía debajo del brazo y la bajaba a la playa por las escaleras. Era una persona muy especial.
Me acuerdo que en la época de la dictadura, cuando trabajaba en la inmobiliaria, al lado estaba la Onda (donde está la heladería El Faro ahora) y me cruzaba con el Tola que me decía que iba a ver los hijos que estaban presos. Tenía uno en Treinta y Tres, el otro estaba en otro lado. A Milka, la esposa, la habían deportado.
Tengo otra anécdota del “Tola”. El construyó los calabozos de la comisaría de Piriápolis y el fue quien los inauguró (risas).
El club Tabaré
Es un equipo con mucha gloria. Hay un hecho importantísimo que la gente no lo sabe. La sede sabe como se compró? El Dr. Chiflett era el médico del club Tabaré, trabajó mucho por el club, por eso le digo, con el tuve ese problemita pero nada mas. Se le ocurrió, creo que fue a Quico Hernández, que fue un gran presidente, que por ejemplo yo hacía una operación en el banco y Chiflett me salía de garantía, fulano de tal hacía una operación en el banco y Castelu salía de garantía, otro pedía plata y Quico le salía de garantía. Saliéndole de garantía a mucha gente consiguieron la plata para la primera entrega de dinero para comprar el Palma. Fue maravilloso eso. Tabaré era el club pobre de acá y Piriápolis era el club rico. Cuando había partido las “viejas” prendían velas para que ganara Tabaré, recordó Fidias.

El Autódromo de Piriápolis
Cuando yo vine a Piriápolis se inauguró el Autódromo. Se hicieron carreras muy importantes ahí, pero pasó algo, que muchos no saben, el autódromo nunca fue un negocio redituable porque la gente venía y miraba las carreras gratis desde arriba de los cerros. Entonces económicamente no marchó.
Fueron dos épocas que tuvo el autódromo. Primero fue una etapa que quedó muerta y después se hizo otra donde actuó el Automóvil Club del Uruguay. Y ahí se empezaron a hacer carreras de nuevo pero volvió a pasar lo mismo.
Una vez le preguntaba a un corredor importante, creo que era de Canelones ¿Qué pasaba que no marchaba el autódromo y me dijo “sabe lo que pasa, que acá no hay ídolos, ustedes no tienen a nadie que la gente pueda seguir”. Y ahí fue que también quedó nula esa etapa del autódromo y nunca más se recuperó.
El Albión
La Mañana y el Diario, que nadie lo dice, fue factor importante para que saliera el gimnasio del Albión en Pan de Azúcar. La Mañana, tuvo una época que sacaba un suplemento del interior y a nosotros nos tocaba los miércoles. La Mañana primero empezó a hablar bien de lo que era el Albión, después donó una Copa que se hizo el Campeonato de Basketball del Este. Había mucha lucha entre Albión y Ateneo, una rivalidad tremenda, tremenda, asegura Plá.
Tengo una anécdota de esa época. Una vez ganó el Ateneo allá, estaba Gustavito Núñez, un gran amigo, y no le querían dar la Copa al Ateneo, no se que decían, pero no se la querían dar. Después propusieron que se la entregaran al periodista, a mi, como era La Mañana que estaba en esto. Pero bueno, al final la gente de Piriápolis se vino recaliente para acá y cuando llegamos, atrás venían los del Albión a traer la Copa (risas). Pan de Azúcar y Piriápolis son hermanos, son iguales, con la diferencia que Pan de Azúcar tiene sus raíces porque toda la gente es de allá. Muere una persona y va todo el mundo porque todos se conocen y Piriápolis, en cambio, fue formado de otra manera, con muchos inmigrantes, reflexionó Fidias.
Su pasaje por el rubro inmobiliario
Trabaje mucho tiempo en inmobiliaria, primero con Noel y después fundamos la inmobiliaria Piriápolis, que eran los dueños del Country (el barrio) y se vendían los solares… baratos eh…, entre 22 y 28 pesos por mes.
En la inmobiliaria era todo una lucha con los alquileres, principalmente con los propietarios. Una vez un propietario nos vino a reclamar que no le habíamos cobrado al inquilino, al turista, una botella de vidrio de Conaprole, que era como venía envasada la leche en esa época.
Estabas haciendo el inventario despidiendo al turista y ya aparecía enseguida el propietario. Me acuerdo una vez, no voy a dar nombres, en la calle Atanasio Sierra, estábamos haciendo el inventario y el dueño de la casa dice “mire, está rota la pata de la silla”.
Nunca presidente
El otro día me preguntaba el Chopo “Ruben Rodríguez” si yo no había sido presidente de la Asociación de Jubilados de Piriápolis, que yo mismo fundé. Lo del 68 había quedado muerto, hace unos 20 años o mas la volví a crear. Fui el primer gerente de la radio de Piriápolis y veía que nadie hablaba de los Jubilados, entonces empecé por el micrófono a plantear la posibilidad de crear una Asociación de Jubilados, ya había una pero era mas política que otra cosa.
Fidias al hablar de la radio, no desaprovecha la oportunidad para mencionar a Carlos Repetto, afirmando que ha sido muy meritorio lo hecho por el director y propietario de la radio local, que ha sabido sobreponerse a momentos económicos muy difíciles «pasaron penurias económicas» afirmó Plá.
El “Chopo” me preguntó si nunca había sido presidente, no le dije, de ninguna comisión que integré fui presidente. ¿Sabe por qué no fui presidente de ningún lado? porque yo siendo presidente, siendo vocal, o siendo lo que sea, igual trabajo, en cambio, hay personas que si usted no les da un cargo no trabajan.
Yo trabajaba en lo que fuera, por eso nunca fui presidente de ninguna institución, asegura Plá. Estuve mucho tiempo trabajando activamente en el club Tabaré, que soy socio vitalicio, pero tampoco fui presidente. Fui fundador del Círculo de Periodistas de Turismo, fui Rotario y tampoco fui presidente. Nunca integré los Leones pero siempre estuve muy cerca de ellos. Tal es así que me entregaron una placa que dice “Para el rotario mas León”. Tanto rotarios como Leones han hecho mucha obra en Piriápolis. Todo lo que se ha hecho acá se le debe a la población, la policlínica, el liceo… todo. La colectividad Armenia ha colaborado mucho con Piriápolis, acotó Plá. Estuve también apoyando como periodista a la gente de Pueblo Obrero, siempre reclamando cosas para el barrio. Estuve en varias comisiones, las grandes y las chicas.
Concluimos esta nota con una simpática broma de don Fidias: «En varios lados me llamaban perejil… porque estaba en todas las comidas (risas)
Hasta siempre Fidias!!!
Gerardo Debali – Semanario La Prensa
Publicado jueves 21 de agosto de 2014 hora 16:00
Fotos: Semanario La Prensa










