Una madre desesperada, a la que la quieren despojar de su hijo, continúa su lucha desde la clandestinidad defendiendo a capa y espada lo mas preciado que la vida le dio: Sus dos hijos. Octavio, que el próximo jueves 22 de octubre cumple sus 4 añitos y Luciano que, al día siguiente, cumplirá 2 años de edad. Ivanna Soto, madre de los niños, hace mas de dos años vive, junto a ellos, escondida, oculta, prófuga de la Justicia uruguaya y escapando del acoso y amenazas del padre biológico de los menores. Se trata de un extraño caso que tiene como carátula «restitución internacional de menores», cuando lo cierto es que los niños nacieron y se criaron en Uruguay.
Octavio es uruguayo
Octavio es un niño uruguayo, nacido en Montevideo el 22 de octubre de 2011, cumplirá cuatro añitos el próximo jueves. Vive junto a su mamá y su hermanito Luciano, que al día siguiente, el viernes 23 de octubre, celebrará sus dos años de vida.
Ninguno de los dos se ha separado de su mamá desde el día en que nacieron. Según la Ley internacional en la que se basa éste caso, la mamá es acusada de «sustracción internacional del menor», ese es el término utilizado para decir que raptó a su propio hijo. Ésta ley regula de forma generalizada cuando un adulto sustrae sin el consentimiento del otro progenitor a un hijo de su lugar de residencia.
Existen muchos casos similares en el mundo, en ninguno de ellos un país entrega al niño a otro país sin tener la seguridad absoluta que el menor pertenece a aquel lugar, incluso habiendo el menor nacido en los Estados Unidos, que casualmente es el país que mas exige la entrega de menores a su territorio.
Esa misma ley dice que deberán hacer lo que sea mejor para el niño, no son un paquete a ser devuelto. En éste caso en particular, Octavio nació y vivió en su casa materna con ambos padres en Montevideo hasta el día de ese viaje, y a los 3 meses de estar allá, la madre se entera que su marido no los dejará regresar a Uruguay. Una vez los tuvo en su territorio trató a su esposa e hijo como objetos de su propiedad.
El lugar de residencia de la familia no era aquel, por lo tanto la madre no cometió sustracción internacional de su hijo, simplemente regresaron a su hogar.
Octavio tiene derecho a crecer en su tierra natal junto a su hermanito y mamá!
A la Justicia uruguaya…
Desde estas humildes páginas clamamos y exigimos a la Justicia de nuestro país, a la Justicia Uruguaya que revea el caso; que deje sin efecto el inexplicable fallo que determina que Octavio debe ser restituido al padre biológico y regresado a los Estados Unidos. Que exima a Ivanna Soto de toda culpa y que le permita a esa familia vivir en paz, llevar una vida digna y normal, devolviéndole a los niños sus derechos. Ya están en edad escolar, no pueden ir a la escuela; necesitan recrearse, no pueden ir a un parque, se viene el verano, no pueden ir a la playa, se enferman, no pueden ir a un consultorio médico. No pueden vivir! Señores magistrados devuélvanle a eso niños el derecho a la vida!
Ivanna Soto está oculta, escondida, está protegiendo a sus hijos. Nos preguntamos… si en algún momento dan con el paradero de la mujer ¿Qué van a hacer? ¿La van a enviar a la cárcel? ¿La van a despojar de sus hijos? Mas allá de la respetable frialdad que debe tener la Justicia en algunos casos, se nos hace difícil pensar que un Juez, que es también un ser humano, pueda determinar semejante aberración.
A Ivanna Soto
A Ivanna Soto le decimos que no está sola. No tenemos dinero, ni poder, pero estamos con ella. Cerramos filas detrás de ésta madre y su desesperada lucha por sus hijos. Es cierto, hay casos donde a determinadas mujeres les queda grande la palabra madre, pero no es el caso de Soto. Ha demostrado a cabalidad amor incondicional por sus hijos. Tomó una decisión límite, se la jugó por sus niños. Desafió a la Justicia en una decisión que otras tal vez, en su lugar, sin dejar de ser buenas madres por ello, no se atreverían a tomar. Soto no lo pensó un instante: A mis hijos no me los tocan y no dudó en ocultarse y pasar a vivir en la clandestinidad, sin importar las consecuencias legales que esto le puede acarrear. Queremos dejar claro que, si bien es piriapolense, no conocemos a Ivanna Soto, menos sabemos donde está. Pero su lucha nos conmueve y tenemos la certeza que no estamos errados. Nos conmueve su lucha, su amor, su entereza para sobrellevar esta situación que no data de hace una semana, sino de mas de dos años y parece no haber nada que la haga retroceder.
A Guy Brunetti
Al padre biológico de los menores, Guy Brunetti, le decimos que, al igual que la madre, respetamos y entendemos la lucha por sus hijos, pero rechazamos y repudiamos los métodos. Repudiamos el sometimiento, la violencia, las amenazas, el creerse dueño de una persona, de una mujer, de la vida del otro. Nuestra cultura se basa en el respeto y la tolerancia. Rogamos a usted, señor Brunetti, desista de la búsqueda, retire la denuncia y si realmente ama a sus hijos, los deje vivir en paz, en su país, junto a su madre, que es sagrada y tiene sobrados derechos morales para decidir donde deben vivir sus hijos y con quien. Ya pasarán los años y serán los niños quienes decidan que hacer.
A la sociedad
La sociedad uruguaya en su conjunto la convocamos a no permanecer ajenos ante tan inhumana situación, a no hacer la vista gorda ante terrible injusticia a la que está siendo sometida esta compatriota que ha demostrado a cabalidad ser una MADRE con mayúscula, llegando incluso a desacatar un inexplicable fallo de la Justicia con tal de no ser despojada de sus hijos. Los convocamos a manifestarse, a movilizarse, a demostrarle a esta madre que no está sola en esta lucha. Los invitamos a manifestarse a través de las redes sociales, poniendo el tema sobre la mesa, hablando con la familia, con el vecino, con las autoridades. Si es necesario salir a la calle, organizar marchas, exigir justicia para Ivanna. Los uruguayos no debemos permitir que venga un extranjero poderoso a querer comprar todo con dinero, vapuleando la dignidad de nuestras mujeres, la dignidad de las mujeres uruguayas. Ivanna Soto nos necesita. No la dejemos sola. Todos podemos hacer algo. Hagámoslo!
Gerardo Debali – semanario La Prensa
Publicado lunes 19 de octubre de 2015 hora 01:54
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