10 de octubre: designación de José Artigas como jefe de los Orientales; desde Piriápolis se impulsa su conmemoración con día feriado. José Gervasio Artigas fue elegido Jefe de los Orientales el 10 de octubre de 1811 en la chacra ubicada al norte de la actual calle Monte Caseros y la avenida Garibaldi, en Montevideo. En la chacra que pertenecía al escribano Manuel José Sainz de Cavia, Artigas redactó las Instrucciones de 1813. El escritor y vecino de Piriápolis, presidente del Colectivo Artiguista de Piriápolis, Leonardo Rodríguez Maglio, impulsor de la Ley 19.571 que declara el 13 de enero de cada año como el «Día del izamiento de la Primera Bandera de Artigas», sostiene también que hay otras dos fechas, 10 de octubre de 1811 y 5 de abril de 1813, donde ocurrieron hechos decisivos y fundamentales para la historia del país, que tendrían que ser declarados feriados.

Las afirmaciones de Rodríguez Maglio, en entrevista con semanario La Prensa, tuvieron inmediatas repercusiones, donde algunos vecinos cuestionaron la propuesta, entendiendo que ya hay suficientes feriados en nuestro país, como para agregar mas. Rodríguez Maglio, a través de su cuenta Facebook, respondió lo siguiente:
Por su importancia y actualidad, me solicitaron que publicara nuevamente y por separado, la entrevista que provocó críticas y objeciones varias hacia lo que expresé en el Acto del 10 de octubre en Piriápolis. Así que aquí va: dicha entrevista, realizada por Gerardo Debali -Director del Semanario La Prensa de Piriápolis-, es la que muestro en el video de más abajo. Los reproches que recibí por lo que dije acerca de que los historiadores se equivocan a veces, ya los contesté en dos notas anteriores.
Las objeciones que refieren a nuestra propuesta de crear TRES FERIADOS NUEVOS que se sumen a los ya existentes, los analizo y contesto ahora:
Se me dice: “estás equivocado”, porque “el país necesita de más días de estudio y trabajo para salir adelante, y los feriados nacionales van en contra de esto”.
Contesto: no es mi culpa que las fechas patrias se hayan desvalorizado hasta hacerse sinónimos de descanso y “no hacer nada”. O de que se les hayan superpuesto otros significados, totalmente alejados de los que deberían tener.
Lo que sostengo es que, en esas fechas, son muchísimos los que trabajan; y otros muchísimos efectivamente recuerdan, conmemoran, estudian y aprenden lo que pasó y su significado. Y al hacerlo construyen identidad, autoestima, y compromiso con esos valores.
Celebrar las fechas patrias no es una pérdida de tiempo; es una tarea educativa esencial, formadora de personas, ciudadanos, y convivencia en sociedad.
La cosa no es tan simple como hacer de los feriados un sinónimo de “rascarse”, con el fin de erradicarlos.
Es una falacia oponer trabajo o estudio, a los feriados. Es una falacia de falsa oposición.
Las fechas patrias son oportunidades para encontrarnos, reflexionar, aprender, producir, zurcir “grietas”, unirnos, construir ciudadanía, superarnos, levantar el país y mejorar la vida de nuestro pueblo. Y más si son fechas que recuerdan y cultivan el ideario artiguista.
Esas fechas transmiten una causa justa y afirman un sentido de vida feliz en una sociedad que lo necesita, porque está sobrada de depresión y suicidios, y anémica de sentido colectivo y esperanza.
Por eso, con nuestro Colectivo Artiguista de Piriápolis y otras instituciones y ciudadanos que nos apoyan, insistimos…
Reseña: 10 de octubre
Habían transcurrido alrededor de tres meses de instalado el sitio de Montevideo, con el apoyo de la Junta de Gobierno de Buenos Aires que designó como Jefe del ejército revolucionario a Rondeau, cuando corrió por las filas de los sitiadores el rumor de que la Junta de Buenos Aires estaría en tratativas para concertar un armisticio con el jefe de las fuerzas españolas sitiadas en Montevideo, Francisco Javier de Elío.
Las condiciones del armisticio, significarían que sería levantado el sitio de Montevideo, y que el territorio de la Banda Oriental quedaría bajo el dominio de Elío.
La alarma causada por tales noticias fue muy grande. Se temía, principalmente, una intensa represalia contra los pobladores de la campaña, por su participación en la revolución. La actitud asumida po Elío al expulsar de Montevideo a todas las familias sospechadas de simpatizar con la revolución, así lo hacía presumir.
Ante tal situación, Rondeau convocó una reunión que se realizó en lo que se llamaba “La quinta de la paraguaya”, un pequeño establecimiento de campo de las afueras de Montevideo, que estaba ubicado en la zona de las actuales Avda. 8 de Octubre y Avda. Garibaldi.
Allí se formalizó una fuerte corriente de opinión, que Artigas relató en un oficio que escribió el 7 de diciembre de 1811, en el sentido de que si se concretaba el armisticio debía levantarse el sitio de Montevideo; y retirarse a otra posición más favorable para aguardar la llegada de las anunciadas fuerzas portuguesas, que avanzaban al sur desde el Brasil.
Artigas reconoció que por su posición de subordinado militar de la Junta de Gobierno de Buenos Aires estaba obligado a levantar el sitio; pero sostuvo una firme oposición al armisticio, que dejaba a la Banda Oriental en poder del dominador español o portugués.
Los vecinos presentes en la asamblea respaldaron la posición de Artigas, y anunciaron su disposición a continuar combatiendo contra el dominio extranjero; y considerando roto el acuerdo con la Junta de Buenos Aires – que Artigas posteriormente calificara de no haber sido “nunca expreso” – declararon estar celebrando un “acto de constitución social” y nombraron a Artigas como Jefe de los Orientales.
Este episodio puede considerarse como la primera manifestación de un sentimiento nacional de autonomía de los pobladores de la Banda Oriental; como entonces era designado el territorio al este del Río Uruguay y que en definitiva vino a conformar la República Oriental del Uruguay.
Fuente Sauce.com.uy











